6.7.07

Final




Inspiro y el aire no llega a mis pulmones. Exalo pero nada sale de mí. Intento abrir mis ojos, para ver el mundo una vez más, pero mis párpados me pesan, y las lágrimas quieren salir. Mi alma se escapa de mi cuerpo, mi corazón deja de latir. Mi cerebro repasa lentamente cada acción antes de que deje el mundo terrenal. Lo único que se mueve en mí, es mi sangre que resbala por mi lastimada piel. El viento me susurra palabras de odio. El agua cae sobre mí en forma de lluvia barriendo mis pensamientos. Solo pienso en morir.

Cada segundo parece una eternidad cuando estoy agonizando. Cada palabra me duele más. Veo en mi cabeza cada instante de mi vida. Como una frágil y débil muñeca, me elevo con un grito de adiós.

Y sin más dejo la vida, y me interno en la muerte. Ya nadie me va a quebrar. Ya no puedo llorar..

2 comentarios:

Peregrino dijo...

Interesante prosa, Mel... aunque no se ha que viene tanto sufrir en tus letras.
Pero me gustaria si me permites comentarte; no creo que la muerte detengan tus lagrimas, ni te permita dejar de sufrir... de hecho quizas aumente tu agonia.

Te recomiendo leas el mas alla de Horacio Quiroga y de pronto entiendas en cierta forma el porque te lo digo!
Ademas tanta imaginacion e inteligencia puede ser privada de la vida.

Peregrino dijo...

*No puede ser privada quice decir, disculpa el error!